
Esos días nos han dejado una huella a todos. De hecho, al llegar a nuestro destino compartimos unas palabras que sacaron lo mejor de cada uno. De esos momentos que compartimos me quedo con la paz y alegría que nos acompañó durante nuestro caminar; la unión e igualdad que reinan durante el peregrinaje donde todo se comparte y no hay diferencias sociales; el anhelo por llegar a Santiago y abrazar al apóstol; y la voluntad y valentía que vi en muchas personas que, con dificultad pero con fortaleza, vencían y ofrecían sus molestias y dolores por una buena causa.

¡Gracias Santiago!
No hay comentarios:
Publicar un comentario